Recordatorio Homenaje A Alarcón

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En la última actividad del grupo te extrañé. De haber estado allí, no hubiera faltado el: ¡Granajoooo! o el ¡Juana Teresaaaa! y detrás la carcajada contagiosa, el abrazo cálido, apretado, estremecedor, sentido, sobre todo eso porque siempre fuiste así: espontáneo, transparente, sincero, humilde, a pesar de que tu presencia se percibía como si llenaras todo el espacio que te rodeaba.

Te extrañamos en nuestro grupo, sí y mucho. De no haber partido seguramente estarías riendo con los chistes, pensativo ante las reflexiones, disfrutando de la música y las flores que ya se han constituido en un sello identificativo de este pequeño gran colectivo de veteranos que aún disfrutamos de lo que la vida nos da como si tuviéramos veinte años. Ahí estarías en primera fila, aportando también tu eterno y característico sentido del humor que llevas a flor de piel, pero también tu sabiduría, porque sabes cómo conjugar una inteligencia excepcional, con una forma de ser que hace que te queramos y te admiremos como ser humano, como profesional y como amigo.

A cada rato sales en alguna anécdota simpática que alguien cuenta, todos reímos, porque de verdad, muchas de las travesuras que hicimos de jóvenes, se gestaban en tu inquieta mente, siempre funcionando y luego te las arreglabas para salir absuelto, mientras otros hacían el papelazo.

Tuya es la frase que siempre repetimos: “Mecánico es una actitud ante la vida”, creo que has sido un buen ejemplo y honras nuestra profesión.

Sin darme cuenta estoy hablando en presente, es mejor así, porque quiero creer que continúas entre nosotros y seguirás por siempre. Pienso que no te has ido definitivamente, solamente que has salido de viaje hace hoy un año. Aquí estarás junto a tus compañeros de siempre.

 

Gracias por tu vida, Rodolfo Alarcón Ortiz

 

De tus compañeros del Grupo Mecánicos 1969

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